viernes, 8 de junio de 2012

EL RETORNO DE “EL TAMA”: DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE (I).

Algo más de un año después de mi última entrada en este blog reaparece “El Tama”, o sea yo. Como promete la presentación, a pesar del título (“Diario de Rafa Tamajón”), este blog es cualquier cosa menos un diario… Mucho ha llovido desde el mes de abril del pasado año, así que he decidido redactar un resumen de los principales acontecimientos de mi vida, a modo de diario (hasta el mes de abril del presente año 2012). Puesto que mi memoria cada vez es menos poderosa, he tenido que recurrir a mis agendas y cuadernos de notas, así como al Facebook, para poder ser lo más fiel a las fechas y a los hechos. Si en algún caso no lo he sido y alguien encuentra alguna incorrección o incongruencia, le agradecería que me lo hiciera saber a través del correspondiente comentario.

Aunque salta a la vista mi recalcitrante pereza bloguera, lo cierto es que esto contrasta enormemente con mi frenética actividad en facebook, ya que he mantenido un ritmo diario de publicaciones en mi muro que me han permitido expresar mis alegrías y mis tristezas y compartirlas con mis amigos y conocidos a través de esta red social. Este ha sido fundamentalmente el motivo de no elaborar ninguna entrada durante todo este dilatado lapso de tiempo, he optado por la opción de la inmediatez y de la publicación en tiempo real acerca de lo que me estaba sucediendo en cada momento.

Como cualquiera puede comprobar si finalmente se decide por echarle un vistazo a esta nueva entrada del blog, he intentado centrarme en las actividades de ocio que he podido llevar a cabo, a pesar del escaso tiempo libre disponible y de la difícil situación familiar, pero también aparecen mencionados acontecimientos poco agradables que han conducido al reciente fallecimiento de mi abuela el pasado 18 de marzo. Para los que no lo sepan, me hice cargo desde hace varios años de parte de los cuidados a mi abuela, encamada y con demencia senil, desde noviembre del 2009. Previamente también me ocupé de cuidar a mi tío, igualmente encamado y con Alzheimer. Por supuesto, no puedo olvidar la gran ayuda prestada por mi madre y por las cuidadoras (mi tío y mi abuela fueron beneficiarios de ayuda a domicilio gracias a la Ley de la Dependencia, en la categoría de grandes dependientes) durante las mañanas, período en que yo me hallaba trabajando.

He podido compaginar mi trabajo y mis cuidados y ayuda familiar desde el año 2007 hasta casi finales del 2011. En noviembre de este último año, a instancias de mi jefe, dejé de trabajar para dedicarme de lleno a la familia, pasando a engrosar las listas de parados y a cobrar el subsidio de desempleo. De acuerdo con mi última conversación con él, se está barajando el mes de septiembre de 2012 como fecha de mi reincorporación laboral.

Debido a la relativa extensión de este texto, he optado por fragmentar su publicación en varias entradas, con numeración romana indicativa del orden. Disculpen mi recalcitante estilo prolijo, no tengo remedio. Por eso no tengo aún cuenta de Twitter.

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