jueves, 3 de julio de 2014

CON CHANCLAS Y A LO LOCO: UN AÑO COMO “ROLERO” (JUNIO 2013-JUNIO 2014).



Foto de grupo de la quedada de la ROLA en DOÑANA, el año pasado (junio 2013), en la puerta de entrada al Palacio.
Parece que fue ayer y ya ha pasado un año…Aunque ya estaba al tanto de la existencia de la ROLA desde principios del año 2013, lo cierto es que mi incorporación activa a esta red de observadores tuvo lugar a finales de junio, coincidiendo con mi asistencia a la quedada libelulera que se celebró en Doñana. Además de conocer a algunos miembros de la ROLA y de visitar lugares en pleno Parque Nacional, tuve la oportunidad de ir poniendo a prueba a mi cámara compacta para lo que sería una actividad frenética durante la mayor parte del verano: la fotografía de insectos, especialmente de libélulas y caballitos del diablo, en menor medida mariposas y escarabajos. Aunque saqué algunas fotos chulas de insectos, la especie estrella de la expedición –Lestes macrostigma- se me resistió, a pesar de que el último día se me pusieron a tiro varios ejemplares: la cámara no terminaba de enfocar a la velocidad que lo requería el modelo. La tengo pendiente para otra ocasión, desde entonces no me he vuelto a encontrar este caballito del diablo, tampoco he ido a buscarlo a ninguna de sus localidades típicas fuera de las marismas de Doñana, como es el caso de la Laguna de Fuente de Piedra.


Argiope trifasciata envolviendo a una libélula, en concreto un ejemplar de Sympetrum fonscolombii que ha sido atrapado en su tela.

Detalle del individuo teneral de Sympetrum fonscolombii tras ser envuelto en seda por una hembra de Argiope trifasciata.

Contando con la guía “Los habitantes del agua” (para la identificación de especies y con el libro "Los Insectos Odonatos en Andalucía" (que uno de los autores, Manuel Ferreras, me regaló hace ya mucho tiempo) y la monografía clásica de Manuel Benítez Morera de los años 50 sobre Odonatos, me propuse introducirme de manera autodidacta y gradual durante el verano en el rastreo de los odonatos de algunas localidades próximas a la ciudad de Córdoba (Arroyo Pedroche, Arroyo Rabanales, Arroyo de Linares, “Lago Azul”, Canal del Guadalmellato, etc.).

Ortofoto del entorno de la ciudad de Córdoba con algunos de los principales lugares visitados para la observación y fotografía de Odonatos en este municipio (UTM 10 x 10 Km: 30S UG49).



Valle del Arroyo Pedroche y Cinta transportadora de las Canteras de Asland. Ya en mis inicios como naturalista, antes de acabar la carrera de Biología, este era mi lugar preferido para salir al campo. En los años 85-90 aún se encontraban en este curso fluvial especies actualmente desaparecidas, como es el caso de Coenagrion mercuriale, que llegó a formar parte de mi colección de insectos.


Arroyo Pedroche, tramo con adelfar y juncias (Cyperus longus)


Arroyo Pedroche, aguas arriba del Puente de Hierro, en un tramo de sauceda y aguas cristalinas y frescas.

Laguna artificial de gran profundidad en unas antiguas canteras de ASLAND, conocida por la ciudadanía de Córdoba como "El Lago Azul", llamado así por el color azul turquesa que lo caracteriza

Vista parcial de una charca adyacente al "Lago Azul", único lugar donde hasta el momento he observado a Orthetrum trinacria.

Recuerdo las primeras fotos tomadas en el Arroyo Pedroche con el fin de identificar las especies observadas. Al principio eran de una pésima calidad, tomadas con el zoom y muy lejanas. Pero rápidamente empecé a cogerle el gusto a capturar imágenes de odonatos con mi cámara, animado por el resultado, ya que estoy muy orgulloso de contar con algunas fotos bastante dignas teniendo en cuenta el material fotográfico empleado y la falta de experiencia con estos insectos.


Foto tomada en la lejanía con fines identificativos (ver el recorte hecho en la foto siguiente)
Macho de Orthetrum chrisostigma, Aº Pedroche tramo adyacente a Fátima. Se trata de una ampliación o recorte de la primera foto tomada a esta especie, con el zoom, con fines identificativos. Debido a mi falta de experiencia olvidé configurar la cámara con la máxima resolución, de ahí la pésima calidad.


Macho de O. chrysostigma en la ciudad de Córdoba. En esta foto, una de las últimas, se puede apreciar la enorme diferencia de calidad entre las primeras y las últimas, tomadas a una distancia muy corta.


En estas incursiones a los arroyos y humedales de la provincia de Córdoba, además de mi inseparable cámara compacta Panasonic –Lumix me han acompañado siempre mi sombrero de paja y un juego de chanclas baratas de distintos colores (entre 1 y 2 euros por par).

Mi cámara compacta recientemente fallecida (Panasonic DMC-FS42) que me ha acompañado en casi todas mis salidas (incluida alguna vez sin la batería colocada o con la batería casi agotada).

Chanclas negras (mi color preferido). Una parada estratégica para refrescar los pies en una rampa de acceso al canal de riego del Guadalmellato siempre se agradece.

Vista parcial de un tramo del Canal de riego del Guadalmellato, en la Campiñuela Alta


Las chanclas se convirtieron en una extensión de mi cuerpo, realmente me pasé todo el verano y el inicio del otoño moviéndome por el campo con ellas, generalmente por terrenos llanos y cómodos de andar, pero también en ocasiones de fuerte pendiente y difícil descenso con este tipo de calzado…en fín, debo estar un poco loco y por ello me gusta incluir en mis salidas algún elemento de aventura que se aleje de la comodidad.



Chanclas grises, a juego con el bañador. El tramo aguas arriba del vado del Arroyo Pedroches y de la desembocadura del Arroyo de la Palomera se caracteriza por aguas frescas y transparentes, además de ser un tramo completamente sombreado por los sauces (Salix atrocinerea). 

En cuanto al calzado deportivo alternativo para adentrarme en zonas con matorral o maleza o para la mayoría de caminatas por caminos no aptos para chanclas, tampoco he tenido muchas opciones, y he usado las zapatillas Paredes ya usadas (y casi rotas) de mi hermano hasta que he terminado por destrozarlas. Sin duda la crisis económica ha condicionado en gran medida mi indumentaria y equipación básica, si bien de partida no soy para este asunto muy exigente, así que tras un periodo de adaptación no he echado de menos ni botas de gore-tex, de agua, escarpines y toda esa parafernalia al uso. 

En lagunas y charcas con cieno y fango me he metido descalzo, no tengo ningún problema para ello y debo reconocer que realmente me gusta la sensación de hundirme en el barro; en los arroyos con fondo de grava o piedras, generalmente me he movido con las chanclas, no sin ciertos problemas de estabilidad debido a la naturaleza resbaladiza del sustrato.





Aquí estoy entrando en la Charca del Tanatorio del Polígono "Las Quemadas". Destaca el color rojizo del agua al remover el sustrato rojo característico de las terrazas diluviales del Guadalquivir.

En la misma charca pero ya con el agua casi hasta las rodillas y con una densa vegetación.
Una vista general de la charca antes referida, hábitat de varios miles de Ischnura graellsi (unos 10 ejemplares por metro cuadrado).

En una charca de cieno negro aromatizado con sulfhídrico (ver foto siguiente), con el agua hasta las rodillas. El problema aquí es encontrarse  de frente con las vacas por el camino de acceso...

Charca con abundante vegetación acuática sumergida de algas del género Chara y cinturón perilagunar de tarajes (Tamarix gallica), próxima al "Lago Azul" en La Campiñuela Alta.
Aparecen las vacas por el horizonte y se  encienden todas las señales de alarma...¡es el momento de salir de la charca!

En total, desde finales de primavera de 2013 hasta esa misma fecha en 2014 (en coincidencia con la quedada ROLA en el Algarve), he observado 37 especies de odonatos adultos, 35 en España, en su mayoría en la provincia de Córdoba (pero también tengo observaciones y fotos de Sierra Madrona, Ciudad Real, y Doñana, Huelva) y 2 en Portugal, concretamente Platycnemis acutipennis y Gomphus pulchellus, en la quedada en El Algarve, en los alrededores de Alcoutim. Además, como exuvia he observado otra especie, Paragomphus genei (como anécdota, mi última foto tomada con mi cámara fue precisamente de esta exuvial). A estas especies habría que sumar las que había visto con anterioridad a mi etapa de colaborador con la ROLA (1984-2012): Pyrhosoma nymphula, Ceriagrion tenellum, Coenagrion mercuriale y Anax ephippiger



Macho de Platycnemis acutipennis, Ribeira do Vascao (Algarve, Portugal)

Foto de grupo de la quedada de la ROLA en el Algarve, junio de 2014. Aquí enseñando el diploma y el premio Chico Mendes a la ROLA por el II Atlas de Odonatos de Andalucía.

Mi primera incursión odonatológica-fotográfica fue precisamente con esta última especie, cuya presencia y comportamiento reproductivo fue observado por primera vez en Córdoba el día 28 de febrero de 1992, en las charcas de las antiguas canteras de ASLAND del enclave conocido como "Carrera del Caballo", y que se plasmó en una nota breve: Muñoz, B. y Tamajon, R. 1988. Observations on reproductive behaviour of Hemianax ephippiger (Burm.) in Andalusia, Spain (Anisoptera: Aeschnidae). Notulae Odonatologicae, 4:1, 18-19. Esta es mi única contribución científica al conocimiento de los Odonatos. El evento fue inmortalizado con una sesión de diapositivas tomadas con mi cámara reflex MINOLTA X-300s a la que le acoplé el tele de 500 mm TAMRON de mi amigo Rafa Pulido. Las mejores diapositivas tomadas por mi y por Rafa fueron a parar a Manolo Ferreras, que por entonces estaba en el Departamento de Zoología de la UCO, y que había sido mi profesor de la asignatura de Zoología. Supuestamente alguna de ellas iba destinada a R. Askew... Lo cierto es que dicho reportaje debe estar en alguna de las muchas cajas de diapositivas que conservo de mis salidas de campo con mi reflex.

En resumen, durante mi vida como naturalista-biólogo he podido observar 44 especies (en la provincia de Córdoba están citadas poco más de 50), y fotografiar 31 de ellas (32 si incluimos la exuvia de P. genei).



Exuvia de Paragomphus genei en Ribeira do Vascao (Algarve, Portugal). La última foto tomada con mi cámara antes de estropearse.

Entre las especies más raras que he podido observar y fotografiar con desigual resultado desde finales de junio de 2013 a finales de junio de 2014 están Ischnura pumilio, Onychogomphus costae, Selysiothemis nigra y Diplacodes lefebvrii.

Macho de Ischnura pumilio

Macho de Selysiothemis nigra

Macho de Diplacodes lefevbri

Macho de Onychogomphus costae, en los "Sotos de la Albolafia"
El momento o comportamiento que más me ha impactado observar ha sido el de un ataque caníbal de una hembra joven de Ischnura graellsi a una hembra teneral de la misma especie (ver foto).

Canibalismo entre caballitos del diablo de la especie Ischnura graellsi
También recuerdo con gran emoción y alegría la primera foto de una cópula, en concreto de la especie Orthetrum chrysostigma, en el Arroyo Pedroche. Posteriormente he conseguido otras cópulas de dicha especie y del tándem de Sympetrum fonscolombii, así como de varias especies de caballitos del diablo, en concreto de Erythromma lindeni y Coenagrion scitulum.

Cópula de Orthetrum chrysostigma
Cópula de Coenagrion scitulum

Tandem de Sympetrum fonscolombii "observado" por una hembra de Ischnura graellsi "voyeur"


No me he prodigado mucho en la busqueda de exuvias de Odonatos fuera de las quedadas ROLA de los años 2013 y 2014. Como excepción, me llevé a casa un bote entero lleno de exuvias, algunas de Anax imperator, en el rastreo que hice a finales de verano en una charca próxima al "Lago Azul" en la Campiñuela Alta (ver foto).

Bote repleto de exuvias recogidas en un rato en una charca en la Campiñuela Alta
Charca donde fueron recogidas las exuvias, que eran muy abundantes


Exuvia de Anax imperator, fotografiada in situ en la citada charca



Para no hacer más extensa esta entrada incluyendo una selección de mis mejores fotos de libélulas y caballitos del diablo, he optado por dejar aquí un enlace para que el que esté interesado pueda descargarse la presentación de powerpoint que expuse el pasado viernes 20 de junio de 2014, en la sala Celestino Mutis del Jardín Botánico de Córdoba, donde hice un repaso visual a la práctica totalidad de especies fotografiadas, como homenaje póstumo a mi cámara compacto.



En Córdoba, a 1 de julio de 2014

miércoles, 2 de abril de 2014

ÁRBOLES DE LA CIUDAD DE CÓRDOBA (1): EL FRESNO DE SANTA MARINA, UN ALEGATO PARA SU CONSERVACIÓN

Aunque en la publicación “Árboles y Arboledas Singulares de la Provincia de Córdoba” (Tamajón Gómez & Reyes López, 2002) editada por la Diputación Provincial, no aparece ninguna ficha dedicada a este árbol (correspondiente a la especie Fraxinus excelsior) ni tampoco ninguna referencia expresa en el texto introductorio, el fresno que encontramos en la confluencia de la Calle Moriscos con un lateral de la Iglesia de Santa Marina es uno de los 123 árboles incluidos en el Inventario de Árboles y Arboledas Singulares, proyecto encargado por la citada administración en el que tuve el placer de trabajar a principios del presente siglo junto a Joaquín Reyes López, bajo la dirección técnica de Francisco J. Sánchez Polaina. En la página 35 de la citada publicación encontramos no obstante una fotografía de este ejemplar (Fig. 1) en el apartado relativo al catálogo de especies con representantes incluidos en el inventario.

Fig. 1. Fotografía del Fresno de Santa Marina incluida en el libro "Árboles y arboledas singulares de la provincia de Córdoba", tomada en el año 2001 (Autor: Rafael Tamajón Gómez).

Antes de la elaboración del inventario y de la publicación del correspondiente libro, las únicas referencias escritas acerca de la existencia de este árbol, incluida una foto del mismo (Fig. 2), las encontramos en las página 72-73 de un libro aparecido a principios de los años ochenta del pasado siglo y que ya puede considerarse como todo un clásico y obra de referencia acerca del patrimonio arbóreo de la ciudad de Córdoba. Nos referimos a “Los Árboles de Córdoba” (De César & Salinas, 1984). Yo conocí esta publicación durante mi periodo formativo en la universidad y por eso tenía claro desde el principio que sería una herramienta muy valiosa como punto de partida para el inventario de árboles singulares en el ámbito urbano de la capital cordobesa. De hecho en el libro “Árboles y Arboledas Singulares de la Provincia de Córdoba” se hace mención expresa a varios individuos arbóreos desaparecidos correspondientes a otras especies, de los que sólo nos quedan las fotos del libro de Manuel de César y Lola Salinas como testimonio de su existencia pasada (este es el caso de una tuya oriental que existía en el Patio de los Naranjos, en la Mezquita –pág. 148-, o el de un olmo junto a la Comisaría de Policía de Campo Madre de Dios –pág. 112). Al parecer este es el triste futuro que le depara al fresno de la Iglesia de Santa Marina.

Fig. 2. Fotografía del Fresno de Santa Marina incluida en el libro "Los Árboles de Córdoba" (edición de 1984).


No es un fresno cualquiera el de la Iglesia de Santa Marina. Estamos hablando del ejemplar más viejo y de mayores dimensiones (perímetro) de tronco (a él se refieren los autores del libro “Los Árboles de Córdoba” como “singularísimo”, en la ficha dedicada a los fresnos, pág. 73). Comparando la foto de la página 72 del citado libro y la imagen actual –con un lapsus de tiempo de unos 30 años- se puede constatar que ya a principios de la década de los ochenta del pasado siglo el árbol en cuestión tenía un porte más o menos similar. Con este dato y teniendo en cuenta que en condiciones óptimas a los 75-80 años suelen alcanzar su máximo crecimiento y luego éste se ralentiza y detiene (aquí el clima y el emplazamiento es limitante, ya que no se localiza junto a ningún cauce ni área de encharcamiento temporal, con lo que es previsible un crecimiento más lento) podría aventurarse que probablemente se trate de un árbol centenario. Por otro lado, se trata de una especie de fresno que hasta hace poco tiempo era bastante escasa y poco frecuente (como puede comprobarse consultando el texto de la ficha antes mencionada). Circunstancia que no debe extrañarnos ya que no hay que olvidar que su área de distribución original en la Península Ibérica se restringe al norte peninsular: Galicia, la cordillera cantábrica y Pirineos), si bien en la actualidad parece haberse extendido su uso como ornamental en algunas zonas, plantado en combinación con la otra especie de fresno de la Península Ibérica, junto con la especie propia de nuestras latitudes, el fresno de hoja estrecha (Fraxinus angustifolia). Más me sorprendió en una ocasión el hecho de encontrarme hace unos cuantos años un grupo de esta especie de fresno de óptimo eurosiberiano plantada en una zona tan mediterránea como las antiguas canteras de Asland de la “Carrera del Caballo”, coincidiendo con las obras del desdoblamiento y nuevo trazado de la carretera del Muriano (N-432). Se ve que el encharcamiento temporal del terreno les permite malvivir en un ambiente claramente subóptimo (los almezos plantados junto a los fresnos parecen estar corriendo mejor suerte, lástima que emplearan un marco de plantación tan regular).



Es innegable que este ejemplar de fresno no presenta en la actualidad un estado de salud excesivamente bueno y que las podredumbres del tronco son más que evidentes. Tampoco presenta la vitalidad que antaño pero no creo (es mi opinión personal) que esté justificada su tala. Quizás podría ser conveniente podarle el ápice del tronco, que está seco, y estudiar la posibilidad de llevar a cabo algún tratamiento fitosanitario o actuación que frene su acelerado deterioro. En cualquier caso, antes de que le llegue su final, este árbol, testigo mudo de la historia reciente del Barrio de Santa Marina, se merece algo más que pasar a engrosar la lista de árboles desaparecidos a manos de la especie humana. Al menos deberíamos ir ya pensando en cultivar a su sucesor. Lo ideal sería hacerlo a partir de esquejes, de este modo estaríamos plantando un clon con características idénticas al actual. O en su defecto obtener plantones a partir de sus semillas, evitando recurrir a plantas de otra procedencia geográfica. Mientras tanto, y sea cual sea el desenlace, cuando pasemos junto a él aún estamos a tiempo de darle un abrazo en señal de respeto y admiración. Si pasamos de largo sin reparar en él, ni siquiera contemplando sus flores u hojas, de algún modo ya lo habremos matado con nuestra indiferencia. Y esto es algo que no se merece esta especie de árbol, sagrado entre los vascos, helenos, romanos y muchos otros pueblos, que en Cantabria aparece frecuentemente plantado junto a iglesias y ermitas y que en la Sierra de Aralar (Navarra) cuenta la tradición que se planta junto a las casas de campo porque alejan los rayos (Abella, 2000). Y como no podía ser menos, cuenta la mitología germánica que precisamente un fresno (el llamado Yggdrassil) es considerado el árbol del mundo que contiene en sí todas las fuerzas del universo; sus tres ramas sostienen el cielo y sus frutos son las estrellas.

(Rafael Tamajón Gómez, en Córdoba, el miércoles 2 de abril de 2014 a las 4:00 A.M).



Referencias citadas:

Abella, I. (2000). La magia de los árboles. Simbolismo. Mitos y tradiciones. Tradición y cuidados. Ed. RBA.
De César, M. & Salinas, D. (1984). Los árboles de Córdoba. Ed. Delegación Municipal de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Córdoba.
Tamajón Gómez, R. & Reyes López, J. (2002). Árboles y Arboledas Singulares de la Provincia de Córdoba. Estudios de Medio Ambiente Provincial (4). Ed. Departamento de Medio Ambiente y Protección Civil de la Diputación Provincial de Córdoba.






domingo, 30 de marzo de 2014

CATÁLOGO PROVISIONAL DE LA FLORA VASCULAR DEL DISTRITO DE LEVANTE (CÓRDOBA CAPITAL)


En este blog ya adelanté en una entrada del año anterior (2013) que empecé un estudio fenológico de la flora urbana herbácea de carácter espontáneo o silvestre existente en el distrito de Levante (fig. 1), como punto de partida para la elaboración del catálogo de la flora vascular ruderal (incluyendo también la rupícola de clara influencia ruderal, propia de muros, fachadas de edificios y tejados), arvense y viaria de la totalidad del núcleo urbano de la ciudad de Córdoba. 

Fig. 1. Localización del distrito de Levante en el marco de la ciudad de Córdoba.

Aunque sólo llegué a publicar tres entradas acerca del tema, con información sobre las especies florecidas en los meses de enero y febrero (mi intención era haberlo hecho para todos los meses), lo cierto es que aquello que empezó como entretenimiento y distracción en un contexto de curiosidad por conocer la biodiversidad urbana cordobesa he podido concluirlo con éxito. De hecho el pasado 14 de marzo se produjo la culminación de esta actividad con la presentación de los resultados preliminares del estudio en una charla divulgativa que tuvo lugar en el Real Jardín Botánico de Córdoba. El objeto de esta entrada es ofrecer un resumen de los principales resultados y conclusiones derivados del mismo.

Fig. 2. Cartel anunciador de la charla sobre la flora urbana de la ciudad de Córdoba.

Objetivos.

Además de la elaboración del catálogo florístico y del correspondiente estudio fenológico de las especies catalogadas, el estudio contempló entre sus objetivos: a) la obtención de un catálogo fotográfico de las especies registradas y de los hábitats representados; b) análisis del espectro corológico y de la incidencia de la flora alóctona invasora; c) diagnóstico de la problemática de conservación de la flora ruderal y arvense; d) identificación de los puntos o áreas de interés florístico local (tomando como criterio la presencia de especies o comunidades singulares, raras o poco frecuentes en el territorio estudiado).

Fig. 3. Hábitats para la flora urbana representados en el distrito de Levante.

Espectro taxonómico.

Para la obtención del catálogo provisional de flora del distrito de Levante, además de las especies herbáceas registradas durante el estudio fenológico de floración llevado a cabo a lo largo de todo el año 2013, se han incorporado al listado todas las especies leñosas observadas en dicho ámbito territorial, así como varias especies herbáceas detectadas entre el 1 de enero y el 28 de febrero del presente año (2014). De este modo, se han catalogado provisionalmente 158 especies de flora vascular no cultivada (silvestres, asilvestradas o naturalizadas), pertenecientes a 117 géneros y a 41 familias. Esta cifra supone el 13% de la flora del municipio de Córdoba, considerando la cifra de aproximadamente 1.200 especies catalogadas (Javier López Tirado, comunicación personal) y el 17% de la flora ruderal y arvense de la provincia, compuesta por 941 especies (Pujadas, 1986). En el momento de redactar la presente entrada el catálogo florístico se ha ampliado con dos especies más y por tanto la cifra actual asciende a 160 especies.

Algo más de la mitad de las especies (85) se corresponden con sólo 6 familias (en orden de mayor a menor riqueza en especies): Poáceas (23), Asteráceas (22), Fabáceas (13), Brasicáceas (10), Escrofulariáceas (10) y Cariofiláceas (7). (Fig. 4)

Fig. 4. Número de especies de las familias mejor representadas en el catálogo.




Fig. 5. Importancia relativa de las familias en cuanto al número de especies representadas.

Las familias representadas por un mayor número de especies en el catálogo son las Poáceas (Gramíneas) y las Asteráceas (Compuestas), equivalente en porcentaje al 15 y al 14 % de la flora catalogada, respectivamente (fig. 5). El resto de las especies (73) se reparte entre 35 familias, que aglutinan el 46% de la flora catalogada.

Entre las especies comunes y muy comunes encontramos las siguientes: ortiga (Urtica urens), hierba cana (Senecio vulgaris), cerraja (Sonchus oleraceus), relojitos o alfilerillos de pastor (Erodium spp.), mercurial (Mercurialis annua subsp. ambigua), bledos o amarantos (Amaranthus spp.), cenizos (Chenopodium spp.), Aster squamatus, Conyza canadensis, bolsa de pastor (Capsella rubella), jaramagos (Diplotaxis spp.), mostaza blanca (Sinapis alba), Coronopus didymus, Poa infirma, verónicas o pamplinas (Veronica spp.), botón de oro (Ranunculus muricatus), tréboles (Trifolium spp.), carretones (Medicago spp.), malvas (Malva spp., Lavatera cretica), cardos (Carduus spp.), Polycarpon tetraphyllum, lechetreznilla (Euphorbia peplus), palomilla o fumaria blanca (Fumaria capreolata), amor del hortelano (Galium aparine), alsine o pamplina (Stellaria media), matacandil (Sisymbrium irio), mijo o triguera (Piptatherum miliaceum), verruguera (Heliotropium europaeum) y diente de león (Taraxacum officinale).

Fig. 6. Algunos ejemplos de especies ruderales frecuentes.
En el otro extremo, se pueden considerar especies raras, poco frecuentes o muy localizadas y escasas, las siguientes: gamoncillo (Asphodelus fistulosus), Mucizonia hispida, Saxifraga tridactylites, trébol de olor (Melilotus elegans), gallocresta (Bartsia trixago), algarabía (Parentucellia viscosa), Veronica peregrina subsp. peregrina, té de Europa (Veronica hederifolia), lino (Linum bienne), manzanilla (Matricaria chamomilla), colza (Brassica napus), Filago pyramidata,  Juncus bufonius, y el helecho Cheilanthes acrosticha, entre otras.

Fig. 7. Algunos ejemplos de especies poco frecuentes o raras.
Espectro corológico.

En el espectro corológico agrupado (fig. 8) se observa que las dos categorías corológicas (relativas al área de distribución de cada una de las especies catalogadas) mejor representadas en la flora urbana del distrito de Levante en cuanto a número de especies, son los elementos de área amplia (cosmopolitas, subcosmopolitas y holárticos) y mediterráneos en sentido amplio (especies con distribución que además de la región mediterránea incluyen alguna otra región adyacente, como la macaronésica, la saharo-síndica y la irano-turaniana). 

Fig. 8. Espectro corológico agrupado (nº de especies por categoría corológica agrupada)
Tras llevar a cabo una agrupación aún mayor de las categorías corológicas, destaca la importancia relativa de las especies de amplia distribución (cosmopolitas, subcosmopolitas, holárticas y europeo-asiáticas) con un 43% (fig. 9), al igual que las mediterráneas en sentido amplio (eumediterráneas y mediterráneas s.l.).

Fig. 9. Importancia relativa (%) de las categorías corológicas agrupadas y resumidas.
Las especies de área restringida (elementos ibero-magrebíes y endemismos ibéricos) son muy minoritarias, con un 3% (fig. 9): Carduus bourgaeanus subsp. bourgaenaus, Pulicaria paludosa, Mucizonia hispida y Diplotaxis catholica (fig. 10). El único endemismo ibérico representado es una especie de jaramago (Diplotaxis virgata), que está relativamente extendido en el ámbito urbano (fig. 11).

Fig. 10. Especies del elemento corológico ibero-magrebí.
Fig. 11. Aspecto de la única especie de endemismo ibérico representada en el catálogo.

Las especies alóctonas representan el 11% (fig. 9), de diversa procedencia geográfica. Entre este elemento alóctono hay que destacar la existencia de dos especies consideradas invasoras en la legislación ambiental de ámbito nacional (figuras 12 y 13). Por un lado, un árbol, el ailanto (Ailanthus altissima), de procedencia asiática, y por otro una hierba perenne estolonífera con hojas semejantes a las de los tréboles (Oxalis pes-caprae), de procedencia sudafricana.

Fig. 12. Imágenes de ailantos (Ailanthus altissima) en un solar. En estos hábitats pueden llegar a ser muy abundantes.
Fig. 13. Imágenes de Oxalis pes-caprae en un solar (en una de las fotos aparece en combinación con el ailanto).

Espectro de tipos biológicos.

Considerando las diferentes tipologías de formas vitales o tipos biológicos del sistema de clasificación de Raunkier, en el catálogo florístico del distrito de Levante destaca la predominancia de los terófitos o plantas anuales, con 120 especies (un 76%).

Fig. 14. Espectro de biotipos, tipos biológicos o formas vitales (nº de especies por categoría).
Los fanerófitos representados se corresponden en su mayoría con especies de árboles naturalizados o asilvestrados a partir de las poblaciones cultivadas, como es el caso del ailanto (A. altissima), el olmo de Siberia (Ulmus pumila) y la morera papelera (Broussonetia papyrifera), entre otras especies. Entre las especies autóctonas de árboles destacan dos, el almez (Celtis australis), con ejemplares asilvestrados en varios setos de la zona de Los Apóstoles, en el barrio de Sagunto, y el álamo blanco (Populus alba), representado por un único ejemplar de pequeño porte localizado en el solar de la antigua prisión provincial, en el barrio de Fátima.