Otro interés
renovado es el de la ornitología. En esto ha tenido mucho que ver mi asistencia
a las “I Jornadas sobre Patrimonio Natural y Biodiversidad de Sierra Morena”,
organizadas por Iberus Birding & Nature, y promovidas por ADIT Sierra
Morena. La empresa organizadora resulta que era la empresa consultora de un
colega, Francisco Martín Barranco, antiguo conocido de mi asistencia a varias
jornadas ornitológicas y con el que perdí el contacto en todo el tiempo en que
estuve desconectado de la ornitología. Allí tuve el placer de reencontrarme con
otros colegas ornitólogos amigos y conocidos, caso de Arturo Menor y Alfonso
Godino, y de conocer personalmente a otros como a Rafa Porrino, encargado del
proyecto de diseño de rutas ornitológicas en Sierra Morena en el marco de las
actividades de promoción turística llevadas a cabo por ADIT Sierra Morena. Un
tío muy majo y competente. En las jornadas adelanta que el día 21 de diciembre
habrá una ruta ornitológica en el sector cordobés de Sierra Morena, en concreto
en el Valle del Guadalmellato, actividad a la que me apunté y de la que
disfruté enormemente (observamos cigüeña negra, águila real, águila imperial,
águila perdicera y calamón, como especies destacadas). Estas experiencias
consolidan mi acercamiento ornitológico, unidas a la redacción de las notas
breves sobre ardeidos que, como he comentado más arriba, estoy preparando para
publicar en el presente año 2014.
A raíz
también de las citadas jornadas tuve la oportunidad de conocer a Juan Ramón
Fernández Cardenete, herpetólogo. A finales del pasado 2013, aprovechando un
día lluvioso y de temperaturas moderadas, hice mi primera salida herpetológica
a buscar y fotografiar anfibios por la Sierra de Córdoba, junto a dos colegas
de SEO-Córdoba. Esta excursión nocturna se saldó con un exitoso resultado,
pudiendo disfrutar de la presencia de salamandras, tritones pigmeos, sapos
corredores y comunes, ranas comunes y de la escucha de sapos parteros. Previamente
en una de las rutas de senderismo por la Sierra de Córdoba descubrí la
presencia de varias larvas de salamandra en el pilar de la Fuente de San
Cristóbal. La última observación de anfibios del año 2013 la hice el día 30 y
también observé larvas en una alcubilla, la denominada “Fuente de la Marquesa”,
en los alrededores de la localidad de Santa María de Trassierra. Quién sabe,
quizás este año me una al programa SARE (Seguimiento de Anfibios y Reptiles de
España), no descarto dicha posibilidad.
A principios
de año y como quién no quiere la cosa inicié un proyecto personal de botánica
urbana. Consistía en la elaboración de un catálogo de la flora silvestre urbana
del Distrito Levante, donde yo vivo, incluyendo la información fenológica del
periodo de floración de cada especie así como un reportaje fotográfico de las
mismas. Cuando lo empecé no imaginé que podría llevarlo a buen puerto porque ya
me conozco y desgraciadamente a veces he emprendido proyectos que se han
quedado a medio camino. No ha sido este el caso y puedo adelantar que, a falta
de analizar detenidamente los resultados, tengo datos fenológicos de unas 150
especies herbáceas de flora urbana. Este mismo proyecto lo he hecho extensivo
al tramo del Arroyo Pedroches adyacente al barrio de Fátima.
Por otro lado, a iniciativa de Florent Prunier, de la asociación “El Bosque Animado” se me propuso este verano la posibilidad de monitorizar un taller de identificación de plantas para el trimestre del pasado otoño (octubre-diciembre). Previamente, en los meses de mayo-junio estuvimos con un grupo de interesados llevando a cabo una experiencia piloto de dicho taller. A pesar de tratarse de una actividad nueva para mí debo reconocer que, aunque ha conllevado bastante trabajo extra fuera del horario establecido (2 horas por semana, 20 horas en total), me ha supuesto una gran satisfacción personal y estoy encantado con la idea de retomar el taller en cualquier centro cívico en el que se proponga. Pase lo que pase me he comprometido a guiar una salida botánica mensual dentro del programa de actividades de la asociación “El Bosque Animado”, y estoy igualmente muy ilusionado con la idea de este tipo de actividad y por supuesto agradecido a Florent por la confianza depositada. Por otro lado, este año he podido conocer a un gran botánico cordobés, Javier López Tirado, y hacer varias salidas al campo con él. Estoy seguro que gracias a futuras colaboraciones podremos contribuir en gran medida al conocimiento y difusión del patrimonio vegetal de la provincia de Córdoba.
Por otro lado, a iniciativa de Florent Prunier, de la asociación “El Bosque Animado” se me propuso este verano la posibilidad de monitorizar un taller de identificación de plantas para el trimestre del pasado otoño (octubre-diciembre). Previamente, en los meses de mayo-junio estuvimos con un grupo de interesados llevando a cabo una experiencia piloto de dicho taller. A pesar de tratarse de una actividad nueva para mí debo reconocer que, aunque ha conllevado bastante trabajo extra fuera del horario establecido (2 horas por semana, 20 horas en total), me ha supuesto una gran satisfacción personal y estoy encantado con la idea de retomar el taller en cualquier centro cívico en el que se proponga. Pase lo que pase me he comprometido a guiar una salida botánica mensual dentro del programa de actividades de la asociación “El Bosque Animado”, y estoy igualmente muy ilusionado con la idea de este tipo de actividad y por supuesto agradecido a Florent por la confianza depositada. Por otro lado, este año he podido conocer a un gran botánico cordobés, Javier López Tirado, y hacer varias salidas al campo con él. Estoy seguro que gracias a futuras colaboraciones podremos contribuir en gran medida al conocimiento y difusión del patrimonio vegetal de la provincia de Córdoba.
A raíz de
participar en un mercado de trueque de libros llegó a mis manos a finales del
verano un cuaderno con 11 rutas de senderismo en el término municipal de
Córdoba. Desde siempre el senderismo ha sido una actividad que me ha encantado.
El caso es que empecé a realizar varias caminatas importantes durante el verano
para el seguimiento de libélulas que he llevado a cabo. Pero me planteé que me
apetecía realizar todas las rutas que allí venían descritas y en el otoño
pasado he hecho 8 de las 9 que hay en la Sierra de Córdoba y en la Vega y
Terrazas del Guadalquivir. Me ha faltado la ruta circular por Trassierra y las
dos que transcurren por la Campiña. La realización de dichas rutas a través de
una naturaleza privilegiada como la que tenemos en la Sierra de Córdoba,
sentirme libre y realizado de poder llegar a donde me propongo con la sola
ayuda de mis piernas (y la combinación, en ocasiones, de los transportes
públicos urbanos). Por si alguien aún no lo sabe, y aunque pudiera parecer
increíble, soy una de las escasas personas del ámbito naturalista o ambiental
que no tienen carnet de conducir. Nadie es perfecto. Yo me he acostumbrado a
sentir la libertad que me da el depender de mis piernas y de ajustarme a los
horarios e incomodidades de los transportes públicos. Y que conste que por el
hecho de no tener carnet de conducir no me siento para nada inferior a nadie,
realmente estoy en la misma situación que los grandes naturalistas de la Historia,
ellos tampoco conducían y fijaos en todas las contribuciones que hicieron para
la Ciencia. Al mismo tiempo que he disfrutado con la actividad física de la
ruta me he deleitado hasta niveles equivalentes al de un orgasmo múltiple con
la contemplación de las formaciones vegetales y con la sorprendente belleza del
medio natural, y al mismo tiempo me he dedicado a fotografiar con gran
exhaustividad los paisajes y elementos naturales más destacados en cada una de
las rutas. Las fotos que he tomado durante el pasado año se cuentan por miles
(en algunas rutas he contabilizado más de 500 fotos por ruta).
Siempre me
he preguntado si algún día podría componer alguna canción con música y letra
(con música ya compuse una en mi etapa rockera en la banda “República Líquida”,
que mi amigo Juanma Delgado se encargó de poner título y letra: “Esencia de
Nada”). Pues bien, hace menos de un mes, después de llevar ya un tiempo sin
tocar la guitarra (prácticamente no la he tocado nada desde que en el otoño
pasado mi colega Manolo “Ito” le cambiara las cuerdas), me dio por empezar a
hacer sonar unos acordes y me salió una estrofa completa. El caso es que se
puede considerar que tengo el primer esbozo de lo que será (espero) mi primera
canción con letra y música. ¿Habrá que esperar mucho para completarla y ponerle
título? Por ahora es una incógnita, el tiempo lo dirá. Estoy agradecida a
Manuela por permitirme estar en el Oculto como en casa y poder tocar y cantar
siempre que me ha apetecido, en compañía de amigos y conocidos. Ha sido una
pena que dejara de regentar este local, pero me quedo con las magníficas
experiencias musicales que allí he vivido.
Por último,
y no por ello menos importante, quería agradecerle a mi amiga Elena Pérez
Nadales todo el cariño y admiración que ha venido demostrando hacia mí. Me
enorgullece haber inspirado una de sus magníficas entradas que periódicamente publica
los lunes en el blog “Cuaderno de Laboratorio” y que haya confiado en mí para
ilustrar expresamente una entrada relacionada con el mecanismo de salto de un
tipo concreto de insectos.
En resumen,
creo que me puedo considerar un hombre feliz. A pesar de no tener un duro y de
los malos momentos que he pasado, el balance del año 2013 ha sido positivo, he
salido airoso y fortalecido de la crisis, al menos en lo relativo a mi
desarrollo y crecimiento personal. Me consta que se me presenta un futuro
laboral incierto pero eso sí, casi con total seguridad va a dar un giro
copernicano con respecto al camino hasta ahora recorrido, y estará más en
consonancia con mis inquietudes que he podido poner en práctica el pasado año
en mi situación de desempleado. En ese periodo de tiempo me he dado cuenta de
que quienes me rodean me tienen en gran estima, mucho más de lo que yo hubiera
podido nunca imaginar. Creo que me ha servido también para aprender a valorarme
en la justa medida, me he dado cuenta de que es cierto eso de que quien siembra
recoge. Aunque suene extraño (lo digo porque habitualmente la tendencia en la
madurez es el estancamiento, el considerar que hasta aquí he llegado, que ya sé
suficiente y he hecho todo lo que tenía que hacer en la vida), con casi medio
siglo de vida a mis espaldas hoy me siento con energías renovadas y con las
mismas ganas de aprender y de compartir conocimientos o incluso más que cuando
empecé a estudiar la carrera de Biología, pero con un importante bagaje de
experiencia acumulado a lo largo de mi vida, y sobre todo me siento muy
orgulloso de poder contar con una red de amigos que me apoyarán incondicionalmente. Esto no ha hecho más que empezar ¿os apetece acompañarme en
mi camino? Yo estaré encantado de teneros a mi lado. Gracias.
Rafael Tamajón Gómez, en Córdoba, a
las 8:25 A.M.
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